Las exposiciones temáticas.
Son parecidas a los parques temáticos, aunque
quizás algo menos divertidas. Se me ocurrió que fuese así la que hicimos varios
compañeros de la Escuela Superior para unificar los estilos radicalmente
diversos que nos caracterizaban, y que aquello no se convirtiera en un
potpurrí. La expo creo que fue idea de Antonio Redondo, aprovechando que su
hermano tocaba con su cuarteto de cuerdas en Cambrils (Tarragona), le pidió que
hiciera gestiones en una galería de aquel pueblecito mediterráneo. Y allí
fuimos varios compañeros con nuestros cuadros. Sugerí el tema de El papel,
y así la denominamos. Todo debía versar sobre ese aliado al que tanto cariño
tenemos.
Un grupito interesante de artistas entre los que
estaban Antonio Redondo, Félix de Cárdenas, Paloma Benítez, Antonio Gómez,
Virginia Lasheras… y yo mismo. Quedó variada, pero el tema la mantuvo dentro de
un orden. Tuvo una asistencia discreta (no se puede pedir mucho más tratándose
de un evento artístico), y la experiencia fue muy positiva, ya que vendí uno de
mis cuadros a un coleccionista alemán.
Ya había descubierto que mi imaginación se despertaba
cuando rondaba algún tiempo una línea temática, sacándole punta. Luego vendrían
muchas exposiciones monográficas.
Ya entonces había descubierto que me aburría
soberanamente hacer más de lo mismo -lo que algunos llaman el estilo
inconfundible de un artista, y yo considero una cómoda copia de sí mismo- así
que decidí que lo mío sería pura investigación, sólo cohesionado con la línea
estilística de mis limitaciones y mis más íntimos traumas y perversiones. ¡Me
pareció un magnífico propósito!.
¿Qué decir del papel? Pues en principio PA y PEL.
¡Qué fácil!
Pues sí; el texto. La palabra. El Verbo. Un recortable en papel
cuadriculado –propio del diseño- con el texto dividido en sílabas y dos
formatos de letra, sobre un cielo azul. Acrílico sobre lienzo de 59 x 50
centímetros.
Cuarto y mitad de abstracción y cuarto y mitad de
trampantojo.
Ahora convenía plantearse el tema desde un aspecto
diametralmente opuesto. Así me resultaba más divertido. ¡Y se trata de eso!
Un puntito de cubismo con trampantojo (en este caso la simulación del
periódico enrollado y parte de la puntilla), collage (la otra mitad de la
puntilla, y poesía: bautizado como “Amanecer de puntilla”. Acrílico sobre
lienzo y collage, 75 x 55 cms.
Una acuarela figurativa con collage abstracto. Refleja el concepto poético
de miedo.
Otra acuarela de toque hiperealista, pero con cierto regusto de realismo
sucio (es una papelera cutre que usaba en el estudio).
U otro cuadro más poético: “Nube caída”.
En este bocetito se descubre que la idea era una nube de papel de periódico
caída en el césped.
Con el punto de realismo mágico y
trampantojo quedo así:
El trampantojo funciona a dos niveles; en las nubes del cielo, y en la nube
caída, que realmente es un papel real, pero un periódico simulado. De nuevo
collage unido al trompe-l’oeil ,
juego de diferentes engaños, aunque no menos que la simulación de volumen en
dibujo. Acrílico sobre lienzo, de 55 x 46 cms.
Está claro que ya me apetecía entonces la escultopintura, y la última obra
que expuse en esta colectiva fué esta de bulto
redondo.
“Bodegón de fumador”, imaginería policromada en metal, madera, césped
artificial y pintura acrílica, que surgió a partir de la imagen que recuerdas
de un fumador al acabar el paquete de cigarrillos; una pajarita de papel de
orillo, el precinto y una cerilla sobre la hierba.
Aprox. 50 x 50 x 50, en técnica mixta.
Desde la perspectiva que da el tiempo, y la persecución exacerbada que
contra los fumadores desarrolla el Komité
Antitabaco, hoy podría entenderse como una provocación intolerable. No sé
si debí haberlo firmado.
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