miércoles, 28 de agosto de 2013

Las exposiciones temáticas.

Las exposiciones temáticas.
                Son parecidas a los parques temáticos, aunque quizás algo menos divertidas. Se me ocurrió que fuese así la que hicimos varios compañeros de la Escuela Superior para unificar los estilos radicalmente diversos que nos caracterizaban, y que aquello no se convirtiera en un potpurrí. La expo creo que fue idea de Antonio Redondo, aprovechando que su hermano tocaba con su cuarteto de cuerdas en Cambrils (Tarragona), le pidió que hiciera gestiones en una galería de aquel pueblecito mediterráneo. Y allí fuimos varios compañeros con nuestros cuadros. Sugerí el tema de El papel, y así la denominamos. Todo debía versar sobre ese aliado al que tanto cariño tenemos.
                Un grupito interesante de artistas entre los que estaban Antonio Redondo, Félix de Cárdenas, Paloma Benítez, Antonio Gómez, Virginia Lasheras… y yo mismo. Quedó variada, pero el tema la mantuvo dentro de un orden. Tuvo una asistencia discreta (no se puede pedir mucho más tratándose de un evento artístico), y la experiencia fue muy positiva, ya que vendí uno de mis cuadros a un coleccionista alemán.
                Ya había descubierto que mi imaginación se despertaba cuando rondaba algún tiempo una línea temática, sacándole punta. Luego vendrían muchas exposiciones monográficas.
                Ya entonces había descubierto que me aburría soberanamente hacer más de lo mismo  -lo que algunos llaman el estilo inconfundible de un artista, y yo considero una cómoda copia de sí mismo- así que decidí que lo mío sería pura investigación, sólo cohesionado con la línea estilística de mis limitaciones y mis más íntimos traumas y perversiones. ¡Me pareció un magnífico propósito!.
                ¿Qué decir del papel? Pues en principio PA y PEL. ¡Qué fácil!
Pues sí; el texto. La palabra. El Verbo. Un recortable en papel cuadriculado –propio del diseño- con el texto dividido en sílabas y dos formatos de letra, sobre un cielo azul. Acrílico sobre lienzo de 59 x 50 centímetros.

                           
                Cuarto y mitad de abstracción y cuarto y mitad de trampantojo.
                Ahora convenía plantearse el tema desde un aspecto diametralmente opuesto. Así me resultaba más divertido. ¡Y se trata de eso!
                                      

Un puntito de cubismo con trampantojo (en este caso la simulación del periódico enrollado y parte de la puntilla), collage (la otra mitad de la puntilla, y poesía: bautizado como “Amanecer de puntilla”. Acrílico sobre lienzo y collage, 75 x 55 cms.
Una acuarela figurativa con collage abstracto. Refleja el concepto poético de miedo.



Otra acuarela de toque hiperealista, pero con cierto regusto de realismo sucio (es una papelera cutre que usaba en el estudio).


U otro cuadro más poético: “Nube caída”.


En este bocetito se descubre que la idea era una nube de papel de periódico caída en el césped.
Con el punto de realismo mágico  y trampantojo quedo así:


El trampantojo funciona a dos niveles; en las nubes del cielo, y en la nube caída, que realmente es un papel real, pero un periódico simulado. De nuevo collage unido al trompe-l’oeil , juego de diferentes engaños, aunque no menos que la simulación de volumen en dibujo. Acrílico sobre lienzo, de 55 x 46 cms.
Está claro que ya me apetecía entonces la escultopintura, y la última obra que expuse en esta colectiva fué esta de bulto redondo.


“Bodegón de fumador”, imaginería policromada en metal, madera, césped artificial y pintura acrílica, que surgió a partir de la imagen que recuerdas de un fumador al acabar el paquete de cigarrillos; una pajarita de papel de orillo, el precinto y una cerilla sobre la hierba.

Aprox. 50 x 50 x 50, en técnica mixta.  Desde la perspectiva que da el tiempo, y la persecución exacerbada que contra los fumadores desarrolla el Komité Antitabaco, hoy podría entenderse como una provocación intolerable. No sé si debí haberlo firmado.

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