martes, 26 de noviembre de 2013

¡No hay más cera que la que arde!
Todo tenía que terminar, y la etapa de quemar cosas no iba a ser menos, así que nos despedimos de los júas con un grupo polémico y elaborado: el “camarada” Jon, con su “taxicoa bomboa”, o coche bomba en vasco actual, y su bomba ostra (una versión de bomba lapa que no sé cómo terminó en ostra cuando la hizo Fali que está harto de arrancar lapas en las rocas de Málaga durante años).
Decidimos que nunca íbamos a encontrar un candidato mejor para ser quemado, porque yo en mi indignación frente a la injusticia puedo aprobar el magnicidio de genocidas, pero poner bombas aeropuertos o supermercados para matar indiscriminadamente no me parece precisamente valiente o heroico.
El proceso de producción se ha descrito muy detalladamente por si queréis hacerlo y quemar uno todos los días.


Previamente había que irse a la calle a recoger cartones. Experiencia que nunca viene mal por si la crisis. En este caso debían de ser de tamaño familiar, ya que el taxi que pretendía elaborar iba a ser casi de tamaño natural.

               La cinta de pintor hizo su parte con eficacia.




                Pronto empieza a verse algo, aunque aún queda mucho trabajo.



  

    Están preparadas las ruedas recauchutadas y ya aparece la mecha sobre el capó.



                    Empiezo a redondear una caja para hacer la jeta del júa.


Se dibujan las facciones y se van añadiendo recortes para el relieve con cinta de pintor.
La barbilla infame.


Más añadidos y aparece el bigote, la napia y las bolsas de los ojos que le llegan casi al bigote.



Las cejas king size, un poco de flequillo ridículo, más párpados a medio cerrar y ya se va pareciendo.


               Aquí con luz más siniestra –como corresponde-.



Las orejotas hasta los hombros también son características del fulano.
(Con los pelos como escarpias saliendo de dentro).





                          Pero volvamos al coche bomba…




               La estructura está lista para rellenarse.


Conviene macizarla para que la cremá se prolongue al máximo.

Patas arriba, se comienza a meterle la madera y el aserrín con los paquetes –sorpresa de petardos caseros de pólvora y cartucho de aluminio –especiales de la casa-.

Con el comienzo de la policromía empiezan a situarse las facciones en su medio.

                    Al “camarada” Jon sólo le falta la xapela.





              Y de nuevo a los complementos: empieza la policromía del “Taxicoa”.


            En la matrícula 2005 Jon. ¿Los coches –bomba se matriculan legalmente?

Por si hay duda, en la puerta, bajo el rótulo de Taxicoa, se lee la aclaración (cochoa bomboa).


La mecha del coche se pone bien visible para que no queden dudas sobre la utilidad del utilitario.

En un lateral el código de bandas.



Con su cepillo limpiaparabrisas.

El artefacto está terminado y repleto de explosivos. (Como era de esperar).



Y así aparece el fulano ya terminado. Unidas ya las manos y la cabeza al cuerpo que hace Fali. Ya con su xapela, accionando el detonador (que en esta ocasión sabíamos que le saldría el tiro por la culata)


En primer término, la bomba lapa –ostra también de tamaño industrial.

                 El conjunto preparado para la explosión y posterior cremá.


         Se comprueba el tamaño del conjunto.



               Una última mirada antes de que desaparezca.


              El sol ya está rasante.


                      ¡Ignición!

Tenemos que reconocer que disfrutamos viéndolo quemarse.


Siniestro hasta el final.


No parecía tan fácil acabar con el problema…


Una poquita de añoranza…




domingo, 17 de noviembre de 2013

Retrocedamos a la Edad Media.
                El arrebato del Gótico me parece una tendencia de expresión pura que, unida a su atrevimiento técnico, me apasiona.
                Mi afición a este estilo me ha llevado a desear en alguna ocasión tener un buen retablo gótico en la salita de mi casa.


      



                Y todavía no desisto de hacérmelo en cuatro ratos (otros poco más locos que yo se han hecho una catedral ellos solitos).
                Mi afición, por tanto, me llevó a pensar en una expo monográfica sobre góticos.; así había que ambientar la sala de la Exma. Diputación en la Acera de la Marina con aspecto muy gótico: una bóveda de crucería realizada con tubos de metacrilato transparentes cruzaba toda la sala en sus diagonales dándole un toque sutil de “goticismo”, y la urna de metacrilato con el ajedrez centraba el interés.


                      El bando gótico alemán que ya conocemos tenía que estar en esta expo.

                    El bando románico español le daba la réplica.
              Pero el concepto de “gótico” es para mí más amplio, ya que podía incluir las tribus urbanas…


                      …O la temática que toca la literatura llamada gótica.

                                  Mis queridos asesinos.

Y formatos y temática de mucha tensión como el de “Sorpresa” en la temática de taurinos dramáticos.

                           Abocetados con situaciones más o menos serias…

                                          …Donde hasta el toro hace el paseillo.

Con el gótico surgió también la temática de “Adán y Eva”. Donde, normalmente el pobre Adán aparece bastante apabullado por una Eva exultante.

Los cuatro personajes que rodean el cuadro –en el marco- son los símbolos de los cuatro evangelistas interpretados libremente (el de abajo a la derecha, el hombre, recuerda sospechosamente a Superman).
                Eva tontea con la serpiente mientras el pobre Adán muestra su timidez.
Temple a la cola y técnica mixta sobre madera, de 100 x 100 cms.

                                        Detalle de Adán.


                                        Por entonces nació este autorretrato gótico.


                                       Unos bocetillos de la búsqueda del cartelito de la expo.


                                               Como este pintor gótico…


…Y  surgió el tema de la “Catedral sumergida”, inspirada en la composición musical de Debussy.


                           De los que he realizado un montón de versiones posteriormente.
  

                  



Que se materializó en este cuadro “Catedral sumergida”

Temple a la cola sobre madera de 200 x 40 cms.




                                        Detalles.

…Que luego interaccionaría con los nocturnos.

“Nocturno de catedral sumergida”. Temple cola sobre madera de 120 x 60 cms.

¿Y quién no quiere una columna gótica en un rincón de su apartamento? Pues habrá que ponerse manos a la obra…

Me disfrazo de cantero medieval y me diseño en un ratillo la columna…

De mármol gris y beige. (Al menos en apariencia).  Madera, cartón y técnica mixta. 186 x 46 x 46 cms.


En el capitel, los “oficios” malagueños, entre los que no podía faltar el gitano con la cabra.


                 La castañera…


El fotógrafo del parque…


                El afilador…


La esencia del autorretrato en este “Creador”, como mitificación del artista, contraria a lo que conocemos del trabajo artesano y discreto del artista gótico.

En el marco dorado, los cuatro elementos representados en cuatro dioses: Eolo, Vulcano, Neptuno y Gea.

Temple cola y técnica mixta sobre madera. De 100 x 100 cms.

Luego vino este gótico sentado. Otra de las obras en 3D de esa expo.


             Escultura en madera y técnica mixta de 137 x 10 x 10 cms.

A partir del tema de la “Catedral sumergida” derivó en la “Catedral gótica en Marrakech”.


A partir del recuerdo del palmeral de Marrakesh, surge el contraste con el tema de la catedral bajo el agua.


Y la mandarla gótica acoge a la “Niña de los cabellos de lino”, otro tema del músico Debussy.



                       Creo que no se me olvida ningún cuadro de esta expo en la Dipu.