¡Y sale la vena antimilitarista!
Cierto que los Gi J.O.E.s eran unos militares un tanto extraños a nuestra
cultura, pero nuestros niños con ellos
empezaron a admirar a los chusmones. Uno de sus personajes, pelirrojo, montado
en una especie de tanqueta, es el júa de
este año. El tema, como otras veces, fue sugerido por mis hijos, pero en este
caso yo estaba de acuerdo en quemarlo.
Como de costumbre, los días de elaboración del júa suponían, dado el tamaño
de muñecos y vehículos, el tener durante una temporada, media casa enfollonada
con cartones, cinta de embalaje, pintura, y lo peor, el aserrín de relleno, la
pólvora…
Alicia, disfrazada de “Alicia en el país de las maravillas”, confraternizando
con el forastero. Coincidiendo con la
quema, los peques organizaban fiestas de disfraces, picoslabis, y otros
eventos.
Alicia montada en la tanqueta. Pablo estaría jugando a los Gi J.O.E.s con
los amigos.
La llamarada de encendido va a cargo de la carga
de pólvora que lleva en diferentes rincones de la tanqueta.
Sobre la llama pueden verse lo que parecen dos
palomas echando a volar despavoridas, pero es un efecto óptico (o eso espero). No
deja de ser curioso que el tema
antimilitarista trate de quemar un símbolo pacifista como una aparición.
Ardió con ganas. Otro año que se cumple el rito…
No hay comentarios:
Publicar un comentario